lunes, 10 de marzo de 2014

Aquel viaje

El sonido de los tambores llena la noche cálida de Orcha, el antiguo palacio del maharajá oculta en la oscuridad las heridas que le ha inflingido el tiempo y desde sus terrazas abiertas a las estrellas ya no se ven los árboles del Nem, donde comienza la selva en la que sólo se adentran los langures.
Nos invitan a la ceremonia, las mujeres sentadas en el suelo con sus saris de alegres colores nos hacen un hueco a su lado. El altar del señor ram, la reencarnación de Visnú , parece arder con el brillo de las velas, nuestro corazón palpita al ritmo de los tambores y se hace uno con los habitantes del lugar.